Las dos caras

Una alegría, otra tristeza tambien es. Mientras la primera te hace seguir, la segunda te para.
Otras vida y muerte son. Con la primera respiras, la segunda te ahoga.
El día una, la otra noche fue. Una te abre a la luz y la otra te sume en las tinieblas.
Dos más os daré que son amor y odio.
El amor te ensalza, sublima, te da alegría, vida y día. El odio te arrastra a la tristeza, pozo que te hunde, eterna noche que te aplasta.
Dime tú, si puedes, cómo lograr que ambos lados como imanes se atraigan. Pues bien os diré, el que quiera saber que escuche, entre las sombras de mi razón dos hallé y ellas son: sonido y silencio.
Ambas conviven sabiendo que son parte de èsta esencia, de èste nuestro ser.
El sonido de tu voz, de los pájaros, de la vida y el anhelo del silencio de un remanso de paz, el reposo de la mente, del abrigo que cubre el frío de nuestro bullicio.
Por ello que suenen en mi la alegría, la vida, el día, el amor y silénciense la tristeza, la muerte, la noche y el odio.
Dos que a la vez una pueden ser, sonido del eco que me produce tu voz, silencio al que obligo a mi pensamiento cuando por mí late tu corazón.