PODER MENTAL 17º Capítulo. De nuevo la ilusión.

Subí a aquel avión sin rumbo fijo, no sabía qué hacer con mi vida, no quería involucrar más a nadie en ella aunque mi corazón sentía que debía de volar hacia ella, hacia mi Nastia. Más también mi sentido me obligaba a alejarme de ella, era peligroso y sobre todo ahora, debía de pensar con claridad y clama, dejar un poco a que sucedieran por sí solas las cosas, no forzar nada.
Y así fue que dirigí mis pasos al rincón más perdido del mundo, a Siberia, tenía un amigo que me sugirió en varias ocasiones que si necesitaba algo que fuera allí y por lo más sagrado que este era ese momento.
Al llegar Yura, que así se llamaba mi amigo, me dio las llaves de su casa, perdida en la gran estepa siberiana y me dijo.
- Por fin Greg, ya era hora que te decidieras a venir, aunque no presagia qu estés muy bien si decidiste venir. Me decía intranquilo, pues bien sabía de mis peculiaridades que también eran las suyas, èl trabajó para el gobierno ruso durante algunos años y pudo salir a tiempo, reconstruir su vida.
- Sí, Yura, sí, es complicado tú sabes, pero debo de pararme a pensar. Mi mente volaba a todos lados, prestaba atención a todo, él lo supo y me dijo.
- Basta ya Greg, no estamos en USA, ahora debes de relajarte y meditar. Nastia no sabe que estás aquí, ¿verdad? Me miraba afirmando más que preguntando.
- No, Yura, no. Debo de pensar con calma todo sí, me voy dame las llaves.
- Toma, aquí te traje ropa de abrigo, tienes de todo para poder pasar una semana sin problemas, acuérdate del portón con la leña. Me dio instrucciones para llegar y me marché.
Cuando llegué a la cabaña, pues era eso la casa, una cabaña; me detuve a mirar lo que me rodeaba y la verdad que enseguida me abrí paso dentro, mucho frio pensé, ya veremos si duro dos días.
Pero poco a poco me sentía bien, la sala estaba caldeada, Yura me lo dejó todo preparado, era un gran amigo, el que está en los momentos difíciles y este era uno de ellos para mí.
Pasaron dos días je, je, pasé el tiempo crucial, supongo. No sabía cómo podían vivir en estas condiciones pero así era.
Pensé muy bien en todo, medité en lo que había sido mi vida antes de conocer a Nastia, mi amor por ella, mi necesidad de ella, el sentido a intentar vivir normalmente, sí, definitivamente ahora lo sabía, ella era mi tabla salvavidas, mi timón y mi fuerza.
Recogí todo, dejé la cabaña en las mismas condiciones que la encontré, por si alguien tan necesitado como yo venía a calmar sus ansiedades, dejé una nota en la que le decía:

Yura:

"Mi buen amigo, mi querido "hermano", gracias, siempre listo para salir cuando me llames, siempre tu amigo, tu hermano " Greg

Encaminé mis pasos hacia el aeropuerto con tan solo una pequeña maleta, no quería lastres, no quería nada que me recordara a mi vida anterior, empezaría algo nuevo, algo definitivamente limpio, bueno.
Con esa mirada ilusionada, con el corazón henchido de alegría, añoranza y porque no decirlo, amor, fui en busca de mi adorada Nastia, de mi vida, de mi nueva vida.