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CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO 016
AGAINST THE VIOLENCE OF GENRE 016

NO TE LO PREGUNTES, HAZLO ¡ YA !
DON'T ASK IT, DO IT: ALREADY!

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116111 y al 900202010

IT HELPS THE CHILD AND THE TEENAGER
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lunes, 26 de abril de 2010

EN TUS MANOS.10º Capítulo. Pilar.

Aquí seguía esperándola, estaba la cafetería del Corte Inglés como habíamos quedado. De repente la vi, se acercó a mí y me dijo.
- Hola Rebeca. Extendiendo su mano yo la estreché.
- Hola, ¿cómo estás Ángela? Por lo menos educación Rebeca, me repetía mentalmente.
- Bueno sentémonos, ¿has pedido algo? Ángela en verdad podía ser todo menos agradable.
- No, te esperaba.
- ¿Qué tomarán las señoras? Nos dijo cortésmente el camarero que se aproximó.
- Yo un café con leche. Le ordenó, más que habló, Ángela.
- Para mí un cortado, gracias. Sonreí al muchacho y me giré hacia ella.
- Bueno Ángela ¿de qué querías hablar conmigo?
- Bien iremos al grano Rebeca, yo quiero saber qué intenciones llevas con Jorge, buscas su dinero, su posición o es que prefieres un mejor trabajo. Me escupió sus palabras a la cara.
- Ahh querida Ángela siempre tan encantadora, ni quiero vuestro dinero, ni quiero un mejor trabajo. Tan difícil te es creer que simplemente quiero a tu hijo.
- ja,ja,ja no me hagas reír Rebeca, dime qué es lo que buscas, porque con una familia tan, cómo diría, peculiar y con una drogadicta de vida alegre como tu hermana, algo quieres ¿no? Me miraba con odio y sorna mientras soltaba toda su rabia por la boca.
- Escucha Ángela la conversación se acabó aquí. Y levantándome dejé el importe que suponía el cortado y me marché dejándola con la boca abierta. Sabía que esto llegaría pero francamente no así, pero ella no me intimidaría y mucho menos hablaría así de mi hermana.
Cuando subí al coche estaba llorando como una tonta, mi rabia se acrecentó y acabé recostada en el asiento. Cuando me serené me dirigí a casa y allí estaba quien menos debería ahora de tener frente a mí, Jorge.
- Hola cariño, llegaste tarde. Me decía acercándose para darme un beso.
- Hola Jorge, perdona pero no me encuentro bien, me voy a la cama. Le devolví el beso y me dirigí a la habitación.
- Pero, ¿qué te pasa, dime? Repetía intranquilo.
- Nada, nada no sufras amor sólo es que me sentó mal la comida y no me encuentro bien, sólo eso. Mentí tanto como pude.
Me recosté y agradecí que me dejara un poco de espacio para mí. Necesitaba estar sola y pensar, pero lo que hice fue dormirme.
Era ya de madrugada cuando me desperté y sus brazos me rodeaban, estábamos tumbados sobre el edredón y vestidos.
- ¿Te encuentras mejor ya? Me susurraba al oído.
- Sí, ya mejor gracias Jorge.
- ¿Seguro que fue algo que comiste?
- Seguro, ¿por qué lo dices?
- Por nada, simplemente es que te vi mal amor.
- Es por todo esto de mi hermana y el trabajo, de verdad Jorge no es nada. Me levanté y me fui al baño.
Todo se cerraba entorno a mí y ya me empezaba a agobiar. Mi vida se paraba sin yo poder hacer nada, mi rabia se acrecentaba. Pasaron los días y no sabía nada de Pilar, era como si se la hubiera tragado la tierra.
Jorge me decía que estuviera tranquila que falta de noticias, buenas noticias, pero no podía, simplemente me estaba consumiendo por la incertidumbre y luego estaba su madre. Ángela cada vez que nos veía juntos en algún acto o reunión se empeñaba con fingido cariño en dejarme en ridículo delante de Jorge.
Que si no vestía con acuerdo al momento, que si no daba la talla, que si mi maquillaje era demasiado "simple". Hasta que un día exploté y ahí cerca de su hijo le dije.
- Mira Ángela será mejor que me vaya pues no tengo ganas de perder mi compostura, y francamente estoy a punto, creo que ya te aguanté bastante.
Miré a su hijo y pude ver en su expresión que no se había dado cuenta de nada, me reprochaba que esto no era manera de tratar a su madre, ante esto cogí mi chal y me fui. Salí de la fiesta, pedí un taxi y me fui a "mi" casa.
Entré a tientas, sin encender la luz siquiera, pues nunca le dije a Jorge que no cancelé el contrato de alquiler. El dueño me rebajó el alquiler y lo mantuve por si lo necesitaba, y ahora sabía que hice bien.
Me tumbé en la cama dispuesta a descargar toda mi furia en la almohada cuando me di cuenta de que no estaba sola.
Me giré dando un grito y encendí la luz. Lo que vi me dejó atónita, allí estaba Pilar, demacrada, muy delgada y ¡Dios! con una jeringuilla colgando de su brazo. Corrí enseguida al teléfono y retirándosela llamé a urgencias del Centro.
Vinieron rápidamente y nos fuimos, yo sabía que estaba muy mal. Maldito y mil veces maldito niñato.
No supe cuántas horas pasaron pero ya era de día, llamé a las oficinas y les dije que hoy no iría por el despacho. Miré el móvil y vi varias llamadas perdidas de Jorge, no quería hablar con él pero la verdad es que debía de decirle algo, por lo que le puse un mensaje: "Jorge no iré a trabajar hoy, estoy con mi hermana, te llamaré, lo siento, pero entiéndeme por favor".
Miré a los médicos que salían de la habitación y enseguida supe que algo iba mal.
- ¿Es Vd. familiar de Pilar Rodríguez? Me preguntaban.
- Sí soy su hermana, respondí.
- Su hermana está muy mal Srta...
- Rebeca, me llamo Rebeca Rodríguez y trabajo en el Centro así que dígame sin preámbulos lo que pasa. Mi voz era fría y distante.
- Bien entonces Vd. sabe que las recaídas son duras y sobre todo en el caso de su hermana, sufrió una sobredosis y ya sabe con la medicación que toma esto hecho colapsar su organismo. Siento decirle que su hermana no pasará de hoy.
Me derrumbé, solo sé que arrastré mi cuerpo hacia la habitación y me quedé mirándola, ya no había solución la perdí. Y con ese sentimiento de vacío y agarrada fuertemente a su mano caí en un profundo sueño.