La que en redobles de tambores a Calanda resuena
Esa que en procesión silenciosa se nos muestra
Insigne imaginería que los pasos nos anda
Zarcillos con brillo propio su gran belleza demuestran
Días de pasión ensangrentada, remembranza de Su dolor exacerbado
Dulce calvario en abriles de penitencia, de redención, de humanidad desbordada que en Su vía crucis llora desconsolada
Imágenes de lo sagrado, santidad callada en el calor de su añoranza
Nazarenos en la vida de morados sentimientos, penitentes con cerco de espino viejo
Primavera preñada de orlas flagrantes en su reencuentro
Santa cena del verbo agasajada con cáliz cierto
Negación ante el gallo y en oscuro huerto presta la oración está con dudas, dolor, y miedo más con arrojo y resignación el Hijo al Padre su voluntad plegó
Trece plateadas caras vieron a dar gracia que nunca se debió pagar
Ante madre atormentada abriéronse los cielos y el dolor paso al amor eterno dio
Gloría que al Padre el Hijo ofreció, que por su amor, porque de él nuestro ser siempre lleno esté, murió.
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